ESPAÑA

El consumo de cocaína, éxtasis y alcohol se ha reducido en Cantabria en los dos últimos años y, además, se ha retrasado la edad media de inicio en el consumo de drogas, tanto legales como ilegales, a excepción de la cocaína. Así se constata en la Encuesta Domiciliaria sobre alcohol y otras drogas 2007, que acaba de hacerse pública.

Según los datos de la encuesta, facilitados por Salud Pública a Europa Press, las sustancias más consumidas entre los cántabros de entre 15 y 64 años son el alcohol, el tabaco y el cánnabis.

El consumo de cánnabis es el más frecuente entre las drogas ilegales, y aunque se ha retrasado la edad media de inicio, ha crecido su consumo experimental. Así, el 28,4 por ciento de los encuestados reconoce un consumo experimental de cánnabis, mientras en el año 2005 el porcentaje era del 25,9%. En cuanto a la edad de inicio, ha pasado de 18,4 años en 2005 a 19,2 en la última encuesta.

La segunda droga ilegal más consumida es la cocaína. En este caso se produce la situación inversa, ya que el inicio en el consumo se adelanta hasta los 19,7 años, un año antes que en 2005, mientras el consumo ha descendido de forma generaliza y, en especial, en lo que se refiere al consumo experimental, que ha bajado de un 7,3% a un 5,7 por ciento.

Otras drogas ilegales presentan tasas muy bajas de consumo y además en descenso. Por ejemplo, sólo el 0,1 por ciento de los entrevistados en la encuesta de 2007 consume éxtasis (un 1,8% en la encuesta anterior) y un 0,2% consume anfetaminas (4,1% en 2005).

Por su parte, los alucinógenos, la heroína y los inhalables volátiles se mantienen en niveles muy bajos de consumo y, de hecho, ningún entrevistado aseguró haber consumido estas drogas en los doce meses previos al estudio.

Por sexos, hay pocas diferencias entre hombres y mujeres. No obstante, los varones registran mayores tasas de consumo de cánnabis, cocaína, éxtasis y anfetaminas, mientras que las mujeres superan a los hombres en el consumo de tranquilizantes.

Alcohol y tabaco

En lo que respecta al consumo de tabaco, ha descendido el consumo experimental, que es ahora del 72,4 por ciento, pero ese descenso sólo se aprecia entre los hombres, ya que entre las mujeres ha aumentado y alcanza el 71 por ciento (70,3% en 2005). También ha descendido el consumo de tabaco en el último año, mientras el consumo diario apenas sufre cambios. El 34,9 por ciento de los encuestados asegura ser consumidor diario de tabaco.

En cuanto al alcohol, su consumo está "ampliamente generalizado" en la población pero, pese a ello, se ha reducido tanto el consumo experimental como el diario. Así, el 92,1 por ciento de los cántabros ha consumido alcohol de forma experimental (un 93,8% en la anterior encuesta) y el 13,5 por ciento lo consume a diario, cuatro puntos menos que en 2005.

Además, en esta última encuesta el 16,2 por ciento de los entrevistados reconoció haberse emborrachado en alguna ocasión en el último año, mientras en la encuesta anterior ese porcentaje llegaba al 22,4 por ciento.

Percepción de riesgo

Otro de los datos positivos de la encuesta es que ha aumentado la percepción de riesgo de la población en relación al consumo de todo tipo de drogas y, en especial, por el consumo de tabaco. De esta forma, el 98,1 por ciento de los encuestados reconoce el riesgo de fumar, cuando en la encuesta anterior sólo lo hacía el 62,8 por ciento. En el caso del cánnabis, la percepción de riesgo ha pasado del 70,4% al 93,1 por ciento.

En cambio, un elemento negativo es que los cántabros creen que ahora es más fácil el acceso a las drogas ilegales. Según reflejan en la encuesta, las drogas ilegales de más fácil disponibilidad son el cánnabis y la cocaína.

Casi el 32 por ciento de los cántabros cree que la droga es un problema en el lugar donde viven, cuando hace dos años sólo lo pensaba el 20 por ciento de los encuestados. Y las acciones que más valoran para resolver el problema son la educación en las escuelas, el tratamiento voluntario de los consumidores y las campañas publicitarias.

Además, ahora son menos quienes defienden medidas como la legalización de todas las drogas o del cánnabis y, por el contrario los cántabros valoran más medidas como la administración médica de metadona a heroinómanos, el control policial y aduanero, las campañas publicitarias, el tratamiento voluntario y la educación en las escuelas.