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Última actualización [18/08/2008]



Estudio prospectivo sobre “beber a riesgo”: ¿a riesgo de qué?


El patrón de consumo de alcohol es un indicador relevante sobre la mortalidad, morbilidad, injuria y perjuicio social derivados del comportamiento de beber. Dentro del patrón de consumo, innumerables estudios han sugerido los perjuicios resultantes del "beber a riesgo", sin embargo, por tratarse de estudios transversales, resulta difícil hacer inferencias y generalizaciones. En vista de esto, en el presente artículo se investigó la existencia de asociaciones prospectivas entre el "beber a riesgo" y una variedad de problemas, incluyendo el desarrollo de trastornos relacionados con el consumo abusivo de alcohol, tabaco, drogas y la manifestación de daños sociales y condiciones médicas crónicas.

 El estudio fue realizado en dos momentos (Etapa 1: 1ª entrevista; Etapa 2: 2ª entrevista) separados por un intervalo de 3 años. Participaron 22.122 individuos, de edad superior a los 18 años y representantes de la población norteamericana no institucionalizada. La principal variable medida fue la frecuencia de "beber a riesgo" en el año inmediatamente anterior a la Etapa 1 (se define "beber a riesgo" como el consumo de 5 o más dósis alcohólicas por día para hombres y 4 o más dósis alcohólicas por día para mujeres). Se midieron las consecuencias de ese consumo entre las dos etapas de la investigación, en cuanto a: (a) abuso y dependencia de alcohol; (b) uso/abuso/dependencia de nicotina y otras sustancias psicotrópicas; (c) trastornos de humor; (d) enfermedades crónicas (enfermedades gástricas, hepáticas y cardíacas) y, finalmente, (e) perjuicios sociales (divorcio/separación; negligencia en las actividades escolares/laborales; comportamiento violento; suspensión de documentos personales, entre otros).

 De los entrevistados, 40,1% resultaron involucrados en el comportamiento de "beber a riesgo", de los cuales 5,8% lo hicieron con una frecuencia de 3-4 veces/semana, casi diariamente o diariamente. El perfil probable del bebedor a riesgo incluye las siguientes variables: ser hombre, joven y soltero. Con respecto al patrón de consumo de riesgo, mientras mayor su frecuencia, mayor la cantidad de etanol consumida. Además, según los autores, el aumento de la frecuencia de ese comportamiento está asociado con el riesgo prospectivo de desarrollar una serie de daños, tales como: (a) abuso/dependencia de alcohol; (b) usar, abusar y desarrollar dependencia de nicotina; (c) usar/abusar y desarrollar dependencia de drogas; (d) tener cirrosis u otras enfermedades hepáticas y (e) sufrir perjuicios psicosociales (divorcio/separación; comportamientos violentos; abuso del cónyuge; suspensión de la licencia de conducir; negligencia en actividades escolares y laborales). Por el contrario, la frecuencia de "beber a riesgo" no se relacionó con el desarrollo prospectivo de trastornos ansiosos, de humor y de condiciones médicas crónicas que no fuesen hepáticas (ejem.: arteriosclerosis; hipertensión; enfermedades coronarias; enfermedades gástricas; artritis).

 Así, según los autores, la frecuencia de "beber a riesgo" es un claro marcador que puede orientarse a desarrollar un problema de alcoholismo. Además de estar relacionados con una serie de perjuicios, tales resultados son valiosos para poder desarrollar programas y mensajes de prevención. A pesar de que los resultados son relevantes, se deben considerar algunas limitaciones, entre ellas, la plena confianza en los datos suministrados por el entrevistado y el período de tiempo relativamente corto para medir condiciones médicas crónicas.

 A prospective study of risk drinking: At risk for what?

Deborah A. Dawsona, Ting-Kai Li e Bridget F. Grant

Drug and Alcohol Dependence, 95: 62-72, 2008

 

FUENTE:
Centro de Información sobre Salud y Alcohol/Datos científicos

http://www.cisa.org.br/categoria.html?FhIdTexto=6c57801281d14a35788db38b954aa9e8