MEXICO

Hace poco más de 15 años, el sector vinícola inició un periodo de resurgimiento que hoy comienza a ver resultados. Por un lado, las casas productoras adoptan técnicas novedosas de elaboración y por el otro, los comensales muestran interés en probar bebidas de calidad.

Para entender el crecimiento de este mercado, es necesario hacer un poco de historia y remontarnos a finales de la década de los años ochenta cuando llegó a México lo que los expertos llamaron "la segunda oleada del Nuevo Mundo".

Los vinos de este periodo son los que comenzaron a producirse en lugares que no necesariamente contaban con una tradición vitivinícola centenaria como nuestro país, Nueva Zelanda y Argentina. Dichos caldos se caracterizaron por ofrecer calidad indiscutible que rompieron esquemas y pusieron a temblar a las antiguas firmas productoras.

Hoy en día los resultados de esta nueva era son una realidad. La industria del vino en México mejora en ambos sentidos, explica Deby Beard, impulsora y apasionada del sector. "Las casas vinícolas (grandes y boutiques) están elaborando mejores bebidas con ayuda de enólogos profesionales y tecnología de punta que les permiten experimentar con otros clones y diferentes cepas. Además, los clientes han mejorado su paladar, existe un mayor conocimiento e interés en este mundo".

Entre otros factores, este boom se debe a las condiciones climáticas existentes que durante el día brindan calor y por las noches ofrecen frío. "Si sólo tuviéramos elevadas temperaturas, el vino sería terriblemente alcohólico y por el contrario, el frío provoca que la bebida se vuelva ácida".

A la par, cada vez son más los restaurantes, viñedos y especialistas que organizan catas, ferias, exposiciones, cursos, seminarios y eventos relacionados con la industria del vino, captando la atención de personas de edades diversas.

"Los pueblos que conocen sus vinos, conocen su cultura"

Esta situación es consecuencia, en parte, de los diseños novedosos de botellas y etiquetas así como del lanzamiento de nombres simpáticos de toros, caballos o perros. "La publicidad que manejan las casas del nuevo mundo juega con conceptos atrayentes y atrevidos como la sensualidad o la femineidad, influencia directa de España, Australia y Estados Unidos", agrega Deby.

Números a la alza

Según cifras de la Asociación Nacional de Vitivinicultores, actualmente existen en el país más de tres mil hectáreas cultivadas distribuidas principalmente en Baja California (83%), Querétaro (8%), Coahuila (4%), Zacatecas (3%) y Aguascalientes (2%).

La exportación llega a más de 20 países alrededor del mundo. Desde Inglaterra, Francia y Alemania, hasta Japón, Rusia e Islandia; pasando por Islas Malvinas, Eslovenia y Noruega, entre otros.

Ni que decir del incremento en el consumo. Hace cuatro años, la ingesta per cápita se estimaba en 200 mililitros; para este 2007, aumentó a 340 mililitros. Al respecto, Beard comenta: "es gracioso pensar que tal vez sea el mismo número de personas que beben más vino".

Sin embargo, esta cifra es menor si la comparamos con los 12 litros por persona de Estados Unidos, 17 en Chile y 55 en la Unión Europea.

-Se venden 12.7 millones de botellas dentro del mercado mexicano.

-Otras 780 mil más de exportación.

-Se procesan 16.6 millones de kilos de uva al año.

-La facturación asciende a 42 mdd.

Futuro Prometedor

Dado el crecimiento que viene experimentando, las tendencias señalan que "el consumo podrá seguir incrementándose alrededor de 12% anual durante los próximos cinco años".

En este sentido, Deby Beard prevé que en dos años el mercado nacional estará a la par de Chile y Argentina que llevan la delantera en Latinoamérica.

Bajo este panorama, las posibilidades de expansión son un hecho. "Necesitamos la colaboración de enólogos, inversionistas, medios de comunicación y gente en general para lograr que la nuestra, se convierta en industria sólida y confiable", finaliza la especialista.

Domingo 27 de mayo de 2007