Estadísticas

Última actualización [07/05/2006]



Alcoholismo, hombre y sociedad. 1ra. Parte




Alejandra Magalis Martínez Hurtado

CUBA
Las últimas décadas son testigos del gran incremento en la producción de bebidas alcohólicas y del alza de su consumo en nuevos grupos poblacionales, los que unidos a actitudes permisivas de la comunidad ante su consumo, favorecen los problemas de salud, los conflictos familiares y los desordenes sociales. Esto forma parte del panorama actual del alcoholismo que alcanza hoy el tercer lugar entre los problemas de salud en el mundo.

El origen de las relaciones entre el alcohol, el hombre y la sociedad, se pierde a lo largo del tiempo, para darle paso a un problema actual que no respeta cultura, economía ni credo religioso.

Considerado un fenómeno universal, el alcoholismo constituye uno de los primeros problemas de salud en la mayoría de los países, precedido solamente por las neoplasias y los procesos cardiovasculares. Es la drogodependencia más expandida en el mundo a expensas del alcohol, única substancia adictiva institucionalizada que la sociedad maneja con toda libertad.

El consumo de alcohol reduce en unos 10 años la expectativa de vida y produce más muertes que el abuso de cualquier otra sustancia. Cada año se reportan más de 200 000 muertes vinculadas con su uso, cuyas principales causas son el suicidio, los homicidios, el cáncer, las enfermedades cardíacas, las hepáticas y más de la mitad de los accidentes automovilísticos graves.

Mientras en países de África y Asia, se ha perdido gran parte de los antiguos controles sociales o religiosos que existían décadas atrás, en occidente se ha desarrollado un estilo de vida caracterizado por un consumo exagerado, como resultado: cerca del 70% de la población mundial consume bebidas en diferentes proporciones y de ellas el 10% aproximadamente se convertirán en alcohólicos en el curso de sus vidas.

Según cálculos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el alcoholismo en América Latina afecta a unos 38 millones de personas, lo que representa casi el 10% de la población adulta, en una proporción de 10,4 hombres por cada mujer.

El consumo de alcohol varía notablemente según las áreas geográficas, es más común en las áreas urbanas que en las rurales, aparece entre personas de cualquier nivel socio-económico con una prevalencia especialmente elevada entre personas de clases sociales altas y en los adolescentes está muy relacionado con el fracaso escolar, el abandono de los estudios, la historia de ausentismo escolar y con la delincuencia.

En la comorbilidad, que implica la presencia de un diagnóstico psiquiátrico adicional en una persona con historia de alcoholismo, los cuadros más comúnmente asociados son el trastorno antisocial de la personalidad y los trastornos afectivos por ansiedad, depresión y fobias.

Otros trastornos comórbidos radican en expresiones variadas en el estado de ánimo, en el que aparece la depresión como el cuadro más común. Varios estudios han demostrado que aquellos pacientes que tienen un consumo excesivo diario e historia familiar de alcoholismo, tienen un riesgo suicida muy alto que se incrementa con otros factores como la presencia de un episodio depresivo profundo, los sistemas de apoyo psicosocial muy poco consistentes, la coexistencia de otra enfermedad médica importante, el desempleo y la vida solitaria.

Muchas personas alcohólicas presentan síntomas de ansiedad asociados a manifestaciones fóbicas, con frecuencia utilizan el alcohol como remedio para reducirlos, pero este progresivamente se convierte en un reforzador negativo capaz de potenciar los mecanismos de la adicción.

Existe una estrecha relación entre el proceso de alcoholización con diferentes manifestaciones de crisis reflejada en los casos de muertes violentas, suicidios, accidentes de tránsito, accidentes laborales, violencia hogareña, asociación a otras drogadicciones etc.

Los mecanismos etiopatogénicos en la instalación del alcoholismo se formulan a partir de la obtención de datos genéticos, neurofisiológicos y bioquímicos. En los estudios realizados por Goodwin con hijos adoptados cuyos padres biológicos eran alcohólicos, la presencia de alcoholismo es cinco veces más frecuente que en aquellos cuyos padres biológicos no lo eran. Pollock señala que las hijas de mujeres alcohólicas presentan una tasa de alcoholismo superior a la de los hijos varones, mientras que Winokkour plantea una alta incidencia de alcoholismo en hijos varones de madres con trastornos afectivos, y de mujeres con trastornos afectivos hijas de padres alcohólicos.

A partir de estos análisis se ha formulado la hipótesis de que en algunas familias el alcoholismo puede representar una variedad del llamado espectro depresivo ligado al sexo.

Entre los hallazgos neurofisiológicos aparece en muchos pacientes alcohólicos, un patrón electroencefalográfico caracterizado por la presencia de ondas a lentas y ondas b rápidas que se modifican con discretas dosis de alcohol y se repiten con relativa frecuencia entre sus hijos. Los estudios experimentales han identificado en las pruebas de potenciales evocados, en niños con historia de trastornos por déficit de atención y alteraciones neurocognitivas, menor amplitud en la onda P300, este hecho se ha asociado a un aumento del riesgo de convertirse en adultos con trastornos relacionados con el alcohol.

En el proceso de uso-abuso-adicción al alcohol se ponen de manifiesto algunos factores de riesgo y de protección que facilitan o disminuyen la magnitud de su consumo y actúan como mediadores en el grado de vulnerabilidad del sujeto.
En la literatura médica de los finales de la década del 70 surgieron ideas que vinculaban algunas variables sociales y del medio ambiente a factores de riesgo en la etiología de numerosas afecciones tanto orgánicas como psicológicas. A partir de estas ideas surgió el concepto de vulnerabilidad psicosocial que incluye el desarrollo de la personalidad, los conflictos intra-psíquicos, distintos tipos de aprendizajes y otros factores familiares, culturales, ocupacionales, económicos, etc., que se asocian a elementos propios de la vulnerabilidad biológica como las condiciones constitucionales y genéticas, la edad y el sexo, que también participan en el desarrollo del alcoholismo en cada individuo.

En cuanto a los aspectos psicológicos determinantes o causales del alcoholismo se señalan los conflictos emocionales, los rasgos de personalidad y las teorías del aprendizaje.

En relación a los factores sociales, se da gran importancia a los dependientes del medio donde se desenvuelve el sujeto, como los niveles de tensiones derivados de los conflictos sociales, el desempleo, la carencia de educación, la falta de atención médica, la delincuencia, la violencia etc. También tienen influencia las actitudes ante el alcohol, como factores socioculturales preestablecidos, entre las que se identifican las culturas abstinentes, las permisivas, las permisivas incondicionadas, la propaganda y los elementos económicos y ocupacionales.

Por otra parte la proyección epidemiológica incluye: la valoración histórica que toma en cuenta la significación de la ingestión alcohólica y las diferentes etapas del desarrollo socioeconómico y cultural del medio; el estudio de las actitudes de la población ante el alcohol y las pautas de beber existentes; la magnitud y el significado vitivinícola de un país, el desarrollo y relevancia de la industria licorera, la valoración de la proporción de consumo de substancias con diferentes gradaciones, como las cervezas, el vino y los diferentes tipos de bebidas destiladas; la valoración de la accesibilidad del tóxico a la población, que toma en cuenta su localización, el horario de expendio, los precios y el control de edades para su venta y consumo; la tradición y suministro adecuado de bebidas sustitutivas como refrescos, jugos, café, te, mate etc...; la utilización del tiempo libre y ofertas de recreaciones desvinculadas del consumo del alcohol; la disminución de la propaganda para la promoción y venta de dichas bebidas; la proporción de trabajadores en labores que implican riesgo alcohólico y la calidad de los servicios médicos para la atención adecuada del paciente alcohólico.

Castro P, González R. Prevalencia oculta y manifiesta del alcoholismo. Estudio en la población de ambos sexos en un consultorio del médico de la familia. Rev HPH 2000;49(1): 27-8.
Chomack S, Collins S. Relationships between sex-role behaviour and alcohol comsuption in undergraduate men and women. J Stud Alcohol 1997;48:194-201.
González R. La epidemiología del alcoholismo: sus objetivos y obstáculos. Rev HPH 1996;27(2):177-90.
Kaplan H, Sadock B, Grebb MD. Sinopsis de psiquiatría. Trastornos relacionados con el alcohol. Editorial Médica Panamericana S.A. 1996;12:409-23.
Kalina E. Temas de drogadicción. Buenos Aires, Argentina: Colección Villa Guadalupe. Edic. Nueva Visión; 1997.
Lavavi J, Lima C, Somoza M, González R. Salud mental para todos en América Latina y Caribe. Bases epidemiológicas para la acción. Boletín OPS 1989;105(3):196-219.
09 junio a las 16:10:04

FUENTE: Infomed/Salud para la Vida/Adicciones
http://saludparalavida.sld.cu//modules.php?name=News&file=article&sid=122