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Última actualización [16/04/2006]



Vino, bebidas alcohólicas y riesgo de demencia




Federico Leighton Puga

CHILE
Todos sabemos que en países desarrollados y en los que se les acercan, la población vive cada vez más y aumentan las enfermedades crónicas, la demencia entre ellas. Hay más años de vida, pero la consigna es darle mas vida a los años. La demencia daña a quien la sufre y a quienes le rodean, y la medicina busca reducir su incidencia.

¿Puede ayudarnos el consumo moderado de vino?

En los mayores de 65 años en Chile, la demencia aflige a un 6% de las personas, aproximadamente 3/5 por Alzheimer, 1/5 por demencia vascular (causada por pequeños infartos del cerebro que se repiten debido a arteriosclerosis de los vasos) y 1/5 por otras causas. En Dinamarca Truelsen, Thudium y Gronbaek (revista Neurology ) comunicaron el mes pasado los resultados obtenidos luego de estudiar desde mediados de los años 70 a un grupo de residentes de Copenhague. Se les encuestó entonces sobre su consumo de bebidas alcohólicas. Aproximadamente 20 años después, a los mayores de 65 años se les estudió para detectar demencia. Entre 1062 mujeres y 647 hombres encontraron 45 y 38 casos, respectivamente. Entre ellos, reconocieron 40 casos de Alzheimer y 15 de demencia vascular.

Al examinar los datos individuales de consumo de bebidas alcohólicas y correlacionarlos con la presencia de demencia, encontraron resultados interesantes.

Compararon no bebedores con quienes declararon beber algunas veces al mes, algunas veces a la semana, o diariamente y registraron las cantidades de cada tipo de bebida. Los calificaron como bebedores de vino, cerveza o alcoholes destilados, de acuerdo con la bebida de preferencia, pero ¾ de los participantes bebían también de los otros tipos de alcohol. Los resultados mostraron que los que preferían vino y declaraban beberlo varias veces al mes o a la semana tenían significativamente menos demencia, 60% menos que los que no consumían vino.

El resultado en los que tomaban varios tragos de vino al día mostró menos demencia, pero no significativamente debido quizá a la presencia de bebedores excesivos en el grupo. Los bebedores de cerveza mostraron una aparente mayor incidencia de demencia. Y para los destilados, se observó protección sólo en los consumidores mensuales.

Estos resultados, sumados a evidencias previas, apoyan la hipótesis que hay algo característico en el vino que protege de la demencia y no es el alcohol. Probablemente son los polifenoles antioxidantes porque hay información de que el daño oxidativo de las neuronas es clave en la demencia de Alzheimer y se asocia a las alteraciones de la circulación características de la demencia vascular. Sin embargo, surgen también varias preguntas: ¿cómo accederían los polifenoles a las neuronas? ¿cuán efectivas pueden ser otras fuentes naturales de polifenoles? ¿cuál es el límite de consumo moderado si se sabe que los bebedores excesivos dañan sus neuronas? Quizá a futuro el límite de lo que llamamos consumo moderado se establezca más mirando nuestro cerebro que nuestras arterias
Federico Leighton Puga
Director del Proyecto Ciencia, Vino y Salud
Universidad Católica de Chile

FUENTE: Ciencia Vino y Salud/Universidad Católica de Chile
http://www.bio.puc.cl/vinsalud/columnas/dic2002.htm