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Última actualización [06/11/2005]



Alcohol y sociedad




FRANCIA
Esta sesión “social” destacó ciertos patrones de conducta del consumo de alcohol en adolescentes, adultos jóvenes y mujeres. Algunos investigadores en Ciencias Humanas enfocaron su trabajo en la alcoholización de un grupo de entre los 25 y 35 años de edad.

S. Le Garrec et al., (Fribourg) se enfoca en los patrones de consumo y define tres formas de beber alcohol: “beber hasta estar borracho”, “beber más que razonar” y “beber que no se vea como estar tomando”. El primer patrón se considera como el patrón de “verdadera alcoholización”, está relacionado con eventos excepcionales (logros, celebraciones, aniversarios, etc.) y principalmente ocurre en fines de semana, fuera de casa y acompañado de un grupo grande de gente. El segundo patrón, más común, también ocurre en fines de semana, pero en casa, proporciona alivio a la tensión acumulada durante la semana, un escape de las preocupaciones diarias, forma parte del ambiente de una fiesta o ayuda a “compensar” por algo. El tercer patrón implica consumo ocasional de alcohol, sin ponerse borracho. Este último patrón parece ser más frecuente en adultos jóvenes y es considerado como la forma “correcta de beber”.

J. Lefour (París) estudió varias bebidas (vino, cerveza) y determinó dos culturas de “saber beber”. Beber una cerveza es considerado un gesto fácil, que requiere pocas habilidades técnicas: el objetivo es “refrescarse”, “relajarse”, principalmente con los amigos. Beber vino es considerado un acto “cultural” para conocedores: esto implica seleccionar y apreciar este “fruto de la Madre Naturaleza”, evocativo de la Naturaleza, paisajes, rituales y del “buen comer”, y principalmente ocurre dentro del círculo familiar. Este patrón de consumo del vino usualmente se desarrolla y arraiga entre los 25 y 35 años de edad.

P. Arvers (La Tronche) estudia la relación entre la obesidad y el consumo de alcohol en la población juvenil (entre los 14-19 años de edad, datos del ESPAD 1999). Esta relación es de hecho, compleja. Es verdad que los varones adolescentes tienden a tener mayor sobrepeso que las chicas (10% vs. 5%). Esta distribución también se observa para la obesidad (1% vs. 0.5%). Sin embargo, la relación con la alcoholización excesiva no es obvia.

En el de P. Goldberg et al. (Saint Maurice), ellos destacan la relación entre la violencia conyugal y el consumo de alcohol. Esto no sólo se presenta en el cónyuge violento, sino también en su víctima. Una relación similar entre el consumo de alcohol y la violencia conyugal se nota en la víctima, aunque en menor grado. Entonces, la violencia conyugal y la alcoholización conyugal, van juntas. Uno se podría preguntar si esta conexión se limita a la población objeto de este estudio (mujeres de Nueva Caledonia) o si es transferible a otras poblaciones.

FUENTE: Institut de Recherches Scientifiques sur les Boissons/Focus Alcoologie Numéro 9, Troisiéme trimestre 2005/9 th Issue-Third quarter 2005.