Superar Ansiedad



Básicamente es un estado de alerta que genera unos mecanismos de defensa para superar un posible peligro que amenace la integridad física. Durante el tiempo que dura el estado de alerta se generan sentimientos de angustia y de inseguridad, pero también una mayor percepción del medio y una mayor concentración mental para facilitar el éxito en el enfrentamiento con el peligro. Hasta aquí todo es natural y lógico. El problema surge cuando una persona desencadena sus mecanismos de alerta sin ningún peligro real de importancia o sin que se encuentre un motivo que lo justifique.

 

Se sabe que entre un 3 y un 5 % de la población presentan trastornos de superar ansiedad, y en éste grupo de afectados existen el doble de mujeres que de hombres. Por otra parte la edad más habitual en la que se manifiesta es entre los 20 y los 40 años.

 

Los factores que influyen en el desarrollo de trastornos de superar ansiedad en una determinada persona son de tres tipos:

 

  • genéticos
  • neurofisiológicos
  • psicosociales

 

Se sabe que los familiares consanguíneos de personas que sufren estos trastornos tienen más probabilidad de padecerlos. Dentro de los factores neurofisiológicos entrarían determinadas anomalías en la producción por exceso o por defecto de ciertos neurotransmisores (noradrenalina, ácido gamma-amino-butírico).

 

Los factores psicosociales dependen de la personalidad del enfermo. Es más probable sufrir trastornos de superar la ansiedad si la persona es muy insegura y tiene dificultades en tomar decisiones. Se sabe que esta personalidad es más probable en personas que han vivido una infancia en un entorno muy autoritario o excesivamente protector. Si se crece en un entorno muy autoritario que no deja satisfacer ningún impulso se generan muchos traumas produciendo inseguridad y si se crece en un ambiente muy protector que concede la satisfacción de todos los impulsos se generan traumas al salir del ambiente protector. Por todo lo anterior, cada persona tiene un límite propio de tolerancia ante los estímulos estresantes y generadores de angustia.

Cuando el trastorno de ansiedad se produce de forma continua y persistente, se generan unos síntomas que pueden llegar a ser importantes y evitar el desarrollo de una vida normal ya que los problemas se somatizan.

 

Entre los síntomas más frecuentes están:

  • aceleración del ritmo cardíaco
  • sensación de falta de aire
  • dificultades para dormir
  • palpitaciones dolores musculares
  • irritabilidad
  • dolores de cabeza
  • dificultades de atención, memorización y concentración mental
  • acidez gástrica
  • perturbaciones digestivas (diarrea o estreñimiento)
  • dolores abdominales
  • vértigo
  • hipertiroidismo
  • trastornos en la conducta alimentaria como la bulimia que puede desembocar en una obesidad, o la anorexia con gran pérdida de peso.
  • disminución del deseo sexual
  • sensación de tristeza y desinterés por el entorno.

 

En fases avanzadas de superar ansiedad se puede llegar a conductas adictivas al alcohol o a los tranquilizantes, y también a comportamientos autodestructivos. Cuando los trastornos de la ansiedad se presentan en forma de crisis suelen llevar a una opresión torácica intensa, a nauseas, vómitos e incluso a una pérdida del conocimiento. Las personas afectadas para explicarse lo que les pasa suelen acudir al médico para revisiones orgánicas y también buscan unir determinados hechos con las apariciones de las crisis con lo que desarrollan fobias, como por ejemplo viajar en tren, subir en el ascensor, estar en lugares públicos, etc.

 

Existe otro trastorno de la ansiedad que afecta a personas que diariamente se enfrentan a situaciones que generan estrés, como por ejemplo enfermeras, policías, profesores, etc, llamado el síndrome de agotamiento. Este trastorno se produce porque dichas personas ven día a día superada su capacidad de solucionar los problemas a los que se enfrentan. Estas circunstancias generan en los afectados dolor de cabeza, perturbaciones gástricas, cansancio físico y mental, falta de interés por el entorno y sentimiento de fracaso.

 

Los tratamientos que se emplean en los trastornos de la ansiedad, abarcan desde la psicoterapia para reforzar la adaptación de la persona a las situaciones de estrés, como por ejemplo procurar repetir situaciones que nos resulten agradables en la vida normal, pasando por medidas higiénico-dietéticas como las técnicas de relajación, evitar bebidas psicoactivas (alcohol, café), descanso apropiado, e incluso la administración de medicamentos tranquilizantes.

 

La colaboración de los familiares es muy importante para que se produzca la recuperación del enfermo. Así se debe comprender su sentimiento de angustia y no quitarle importancia, y al mismo tiempo procurar que siga las instrucciones del tratamiento.

 

FUENTE:      Supera Ansiedad

http://superar.ansiedad.ws/