¿Por qué los asiáticos no toleran el alcohol?



Según revelan las estadísticas, hay muchos menos alcohólicos en Japón, Corea y China que en países de Europa y América. La razón de que haya menos orientales adictos al alcohol etílico o etanol, una sustancia que actúa a nivel del sistema nervioso central y que afecta las funciones esenciales del organismo, hay que buscarla en una intolerancia a esta sustancia. Científicos del Instituto de Genética Humana de la Universidad de Hamburgo han descubierto que se trata de un trastorno genético, que se traduce en una enzima defectuosa.

 

Mucha gente de origen mongoloide. al igual que en otros grupos raciales, se pone a punto de morir en cuanto prueba una gota de alcohol; el pulso se les acelera, sienten fuertes dolores de estómago, parece que les va a estallar la cabeza y la cara se les vuelve roja debido a una subida espontánea de la temperatura

 

En los últimos años, los científicos han descubierto las enzimas que metabolizan el alcohol, así como las causas de la sensibilización y adicción a este líquido, y los daños que produce en el organismo. La metabolización del alcohol en el hígado pasa por dos etapas. En primer lugar la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH) oxida el eta no a acetaldehido. Luego, éste se convierte, mediante la acción del aldehido deshidrogenasa (ALDH), en acetato. La toxicidad del alcohol recae principalmente en el acetaldehido, cuya capacidad de acción depende de la cantidad de ALDH disponible. Como consecuencia de la toxicidad, el cuerpo libera hormonas y neurotransmisores, como la adrenalina y las catecolaminas respectivamente, que dilatan los vasos sanguíneos provocando el enrojecimiento de la cara y el aumento de la temperatura de la piel.

 

La ALDH del hígado humano comprende dos isoenzimas, la ADLH-l y la ALDH-ll, que difieren en sus propiedades químicas. Pues bien, los científicos han encontrado que entre el 40 y el 50 por ciento de los nipones presentan una deficiencia del isoenzima ALDH-ll De ahí su intolerancia al alcohol etílico.

 

FUENTE:
El porqué de las cosas/Portada

http://www.portada.com