El dolor y el secreto de la adicción crea ‘curanderos lastimados’




Thom Forbes

ESTADOS UNIDOS
La batalla de nuestra familia, con la adicción se volvió pública cuando “Saving Carrick”, un documental de “Dateline NBC” sobre la recuperación de la dependencia de heroína que sufría nuestra hija, fue transmitida por primera vez en julio 2005. Nosotros participamos en esa historia, llegando hasta a filmar nosotros mismos escenas vergonzosas de confrontación y disfunción, porque mi esposa Deirdre y yo quisimos ayudar a romper ese complot de silencio que rodea a esta enfermedad. Un gran verdad es que la adicción al alcohol y a otras drogas son el “Elefante en Main Street” — nombre del Web y blog que hemos creado para discutir un problema tan creciente en nuestras comunidades, el que muchas personas pretenden no ver.

Tanto Deirdre como yo hemos estado sobrios desde mediados de los 1980. En el 2002 empezamos a hablar abiertamente sobre nuestra lucha con el alcoholismo y las drogas que padecemos desde que éramos adultos jóvenes, porque percibimos que algunos miembros en nuestra comunidad estaban desestimando la experimentación de sus hijos con substancias que alteran la mente, como un “ritual propio de la edad” a ser tratado con un guiño — o quizá hasta con un asentamiento de cabeza.

En ningún momento nos encontramos solos al hacer de nuestra experiencia la promoción de una causa. Existe larga historia en el movimiento de recuperación de lo que William L. White, autor de “Slaying the Dragon: The History of Addiction Treatment and Recovery in America, llama “curanderos lastimados” — hombres y mujeres que superan sus aflicciones y se sienten compelidos a ayudar a otros.

Muchos de los actuales grupos de apoyo, instituciones de tratamiento y filantropías prominentes han nacido de la experiencia de alcohólicos y adictos en recuperación, o de aquellos afectados por ellos, incluyendo Alcohólicos Anónimos, el National Council of Alcohol and Drug Dependence, La Fundación Christopher D. Smithers, la Fundación de la Familia, y el Centro Betty Ford.

El año pasado, pocos días después de la muerte de su hijo de 25 años por sobredosis fatal de alcohol y éxtasis, el prominente abogado Robert Shapiro lanzó la Brent Shapiro Foundation for Drug Awareness cuyo fin es elevar la concientización, apoyar las investigaciones y engendrar discusión sobre la dependencia química.

A nivel local, miles de grupos ad-hoc en todo el país — muchos de ellos formados también en base a sufrimientos y desengaños personales — están considerando las necesidades no sólo de adictos, sino también de miembros de la familia, incluyendo los hermanos, con frecuencia víctimas inocentes de la enfermedad.

“Una vanguardia de personas en recuperación y sus familias se han unido para ofrecerse ellos mismos como prueba viviente de la existencia y poder transformador de la exitosa recuperación a largo plazo”, dice White. “Ellos están educando comunidades locales, llegando a aquellos aún sufriendo, organizando nuevos servicios de apoyo a la recuperación y luchando por políticas sociales pro-recuperación”.

Libba Phillips fundó Outpost for Hope cuando su hermana menor, quien padece de enfermedad mental y adicciones a cocaína/crack y alcohol, desapareció en 1999 y su familia se dio cuenta que organizaciones de servicios sociales y cuerpos de seguridad no querían o no podían ayudar. Con base en Citrus Heights, California, el grupo ayuda a otras familias en la búsqueda de sus seres queridos extraviados, muchos de los cuales con desórdenes mentales y de adicción, navegan lo que Philips llama “la autopista de los perdidos (the lost highway)”.

“Esto me ha brindado un propósito”, dice ella. “Existe verdadero poder en el número, saber que uno no es la única persona que está pasando por esto”.

La Peers Influence Peers Partnership, la cual lleva un mensaje de recuperación y prevención a adultos jóvenes en todo el país, fue fundada en 1993 después que el primo de un estudiante en el club de producción de video de Frank Reale, en el sistema escolar de Putnam Valley, N.Y., murió en accidente automovilístico provocado por el alcohol. Desde entonces más de 250 estudiantes de escuela superior y universidad han creado y producido una docena de videso hourlong y anuncios de servicio público transmitidos vía satélite a miles de lugares en todo el país.

“El hecho de que viene de jóvenes y no de adultos, lo vuelve menos un sermón y más la intención verdadera de tratar de ayudar a alguien”, dice Peter Ries, de 16 años, alumno de primer año en la escuela superior de Putnam Valley.

En el 2000, Pat Nichols, agente viajero en Edmond, Okla., formó Parents Helping Parents, para ayudar a otras familias a evitar el dolor que él estaba experimentando, observar la lucha de su hijo con las adicciones al alcohol y las drogas. Desde entonces ha dado consejo a más de 1,200 familias, proporcionando “triage de emergencia”, en la forma de referencia de servicios y lecciones. El creó un Web site listando recursos locales y ha establecido otros dos secciones en Norman y Stillwater, Okla. — y en este momento, su hijo acaba de celebrar 90 días de sobriedad.

Hace dos años, después que Joanne Petersen descubrió que su hijo de 19 años era adicto a la heroína, ella dijo “pasé por intensa agonía, impacto y horror antes de darme cuenta de que me estaba aislando yo misma”. Después de la discusión de un panel sobre la epidemia de opio arrasando el área donde ella vive, al sur de Boston — 29 jóvenes murieron por sobredosis sólo en los condados de Bristol y Plymouth, en 2005 — Petersen dijo al reportero de un periódico que le gustaría iniciar una agrupación de padres de familia. Después que la historia apareció publicada en el Patriot Ledger, en Quincy, Mass. ella recibió más de100 e-mails. Hoy Learn To Cope celebra reuniones semanales para 280 miembros, y mantiene un sitio activo en la red y grupo de discusión online. El hijo de Peterson acaba de celebrar un año de recuperación.

Según el historiador White, colectivamente, estos grupos de ayuda mútua trascienden la comodidad y el apoyo que ofrecen a sus participantes.

Según él, “El futuro del tratamiento y la recuperación de las adicciones en Estados Unidos depende del éxito o fracaso de este nuevo movimiento de apoyo y promoción a la recuperación”.

FUENTE: Fundación de Robert Wood Johnson/Public Access Journalism/Silent Treatment Addiction in America
http://stories.silenttreatment.info/spanish/silent_spanish_02.asp