Trastornos de manipulación psicológica: socioadicciones




ESPAÑA
1. Las socioadicciones
Tus hábitos, actividades, inclinaciones y actuaciones pueden escapar a tu control, convirtiéndose en situaciones de dependencia que a menudo resultan difíciles de identificar.

El primer paso para superar estas situaciones es conocer su existencia y los aspectos que las caracterizan.

Las socioadicciones son trastornos de dependencia vinculados a actividades humanas varias y a menudo placenteras, no relacionados con la ingesta de sustancias químicas.

Estas actividades no son en sí mismas nocivas para la persona, como no lo es el consumo moderado de sustancias como el alcohol.

Algunas de estas actividades, como el trabajo, son necesarias y otras son socialmente aceptadas o potenciadas, como la pertenencia a un grupo, el juego, el deporte o las compras.

El hecho de tratarse esencialmente de una cuestión de intensidades o pérdida de control, comporta una especial dificultad para la detección de situaciones socioadictivas en sus primeras etapas.

Ej: - la adicción a un grupo de manipulación puede parecer una legítima movilización por el compromiso a una causa,

  • una persona adicta al trabajo, a menudo, es valorada socialmente como un trabajador ejemplar,
  • la adicción al deporte puede ser vista como la conducta de alguien que tiene especial cuidado de su cuerpo,
  • un adicto al sexo puede ser admirado y envidiado por sus hazañas y conquistas,
  • una mujer adicta a su maltratador puede ser considerada una esposa fiel.

El sustrato de las socioadicciones se centra en la pérdida de control del individuo respecto a su vinculación con cada situación, resultando dependiente e imposibilitándole la toma de decisiones al margen del objeto generador de la dependencia.

Ej: - un usuario de Internet ha perdido el control sobre la actividad cuando a menudo pasa muchas más horas de las que había previsto olvidando sus otros intereses y compromisos.

Las socioadicciones son trastornos que persisten a lo largo del tiempo provocando cambios emocionales, sociales y físicos que se acumulan y progresan mientras se mantiene la actividad generadora de dependencia.

La evolución de los trastornos adictivos se relaciona, a menudo, con varias formas de maltratos, conductas violentas, y alteraciones de la salud física y mental.

La familia, los amigos y la sociedad.
Las propias características de la socioadicción, generalmente no identificada como un problema por parte de los afectados, determinan que la familia y los amigos sean quienes pueden detectar los primeros signos de alarma, como son cambios en el aspecto físico, en el estado de ánimo, en las relaciones familiares, en las relaciones sociales, en la situación económica, en las rutinas diarias, dificultades en el entorno laboral, profesional, escolar, etc.

El asesoramiento profesional brindará la oportunidad de abordar una adicción de forma precoz.

Cuando uno o más miembros de una familia sufren una adicción, el funcionamiento familiar se altera profundamente. La dinámica de las relaciones, la comunicación y la conducta de sus miembros giran en torno a la socioadicción, provocando, a menudo, situaciones de codependencia y facilitando la conducta adictiva.

A pesar de esta afectación de la unidad familiar, la familia y los amigos, asesorados por el terapeuta, constituyen elementos esenciales en la resolución del trastorno.

Las socioadicciones surgen de un determinado modelo cultural y social y, a la vez, generan cambios culturales y sociales en su entorno.

La implicación y comprensión del fenómeno por parte de políticos, magistrados, medios de comunicación, gestores y profesionales de servicios sociales y de la salud, por mencionar los más destacados, son indispensables para avanzar en el diseño y la aplicación de estrategias preventivas y terapéuticas frente a las socioadicciones.

2. Conducta adictiva
Cuando una persona pierde el control sobre una actividad, uso o consumo y la capacidad de decidir entre hacerlo o no hacerlo, se ha convertido en un adicto. Los cuatro signos más fiables para identificar una conducta adictiva son:
  • Necesidad irresistible e intenso deseo de “tener contacto con” (consumir un producto o consumar una conducta).
  • Falta de control. Incapacidad para autolimitarse o autocontrolar el uso.
  • Consecuencias negativas identificadas por uno mismo o advertidas por personas cercanas, a pesar de las cuales el adicto no detiene la actividad.
  • Negación del problema. La persona adicta no advierte la gravedad de los efectos negativos, niega que exista un problema y se enfada, o se pone a la defensiva, si alguien le sugiere que “eso” está fuera de su control.
Otros signos o síntomas del trastorno socioadictivo son:
  • Progresiva focalización de las relaciones, actividades e intereses en torno al origen de la adicción.
  • Progresivo alejamiento y abandono de los intereses y relaciones ajenas a la conducta adictiva.
  • Irritabilidad y malestar frente a los impedimentos para actuar según el patrón adictivo.
  • Cambios de conducta.
  • Agresividad y cambios de humor aleatorios no explicados por otras causas que las de la propia socioadicción.
  • Imposibilidad o grandes dificultades para dejar de actuar según el patrón adictivo.

Las socioadicciones presentan muchos rasgos comunes a las dependencias provocadas por el consumo de sustancias, siendo su diferencia más relevante la falta de la propia sustancia. En algunos casos, una persona puede presentar adicciones múltiples o dependencias que van variando de foco, de la misma manera que la politoxicomanía es frecuente en el consumo de sustancias adictivas.

3. Gravedad del trastorno adictivo
La gravedad de los trastornos adictivos varía según la naturaleza y la intensidad de la socioadicción.

Los trastornos adictivos pueden incidir en aspectos específicos de la vida del individuo (compras, deporte, etc.) o plantear implicaciones más globales, como en el caso de los grupos de manipulación psicológica.
Por otro lado, cada situación adictiva puede presentarse en grados e intensidades claramente diferenciadas.

Las socioadicciones implican los grados más elevados de un continuo de influencias a las que se encuentra sometido cualquier ser humano.

En la mayoría de los casos, en cada uno de estos escenarios existe un patrón de normalidad en el cual es el individuo quien controla y marca el tipo de vinculación que desea con el objeto potencialmente generador de la dependencia.

En el caso de las dependencias grupales existe un factor externo que añade gravedad al trastorno y que viene dado por el propio grupo. Algunos grupos son altamente adictivos en la medida que utilizan el engaño y técnicas de manipulación psicológica, tanto para el reclutamiento como para el adoctrinamiento y fidelización de sus miembros. Otros grupos, de potencial menor adictivo, pueden aportar beneficios a algunos de sus miembros, siendo necesario valorar las consecuencias globales a largo plazo.

4. Tipos de socioadicciones
Relaciones personales
Dependencias grupales: secta, grupo religioso, filosófico o cultural, político, terapéutico, comercial

Dependencias interpersonales: codependencia, adicción al líder, adicción a videntes, sanadores, terapeutas, adicción a la pareja

JUEGO
Adicción a videojuegos
Adicción a videoconsolas
Adicción a juegos de rol

INTERNET
Adicción cibersexual
Adicción ciberrelacional
Adicción al juego en red
Adicción a la navegación, chats

USO DE SERVICIOS-OBJETOS
Adicción al móvil
Adicción a la televisión
Adicción a las compras (oniomanía)

SEXO
Relaciones sexuales compulsivas
adicción a la prostitución
Abuso de la pornografía

AUTOIMAGEN CORPORAL
Vigorexia

TRABAJO
Laborodependencia

5. Factores de riesgo
La vulnerabilidad a la adicción se ubica en una escala continua donde resulta difícil considerarse completamente indemne:

Cualquier persona puede verse afectada por una socioadicción.

Se ha detectado una especial vulnerabilidad o predisposición en momentos o situaciones de crisis, insatisfacción o inestabilidad emocional, afectiva, social, académica, laboral o profesional; y ante la presencia de cuadros psicopatológicos como la depresión o estados de ánimo crónicamente negativos: fatiga, trastornos de personalidad, baja autoestima, ansiedad, distorsiones en la imagen corporal, etc.
Otras características personales que suponen un riesgo especial en socioadicciones son:
  • Inmadurez o identidad no consolidada.
  • Soledad, aislamiento, introversión.
  • “Personalidades inestables”.
  • Disconformidad o inadaptación social o familiar.

También existen hechos ambientales que afectan a la vulnerabilidad como son:
  • El modelaje de roles: modelos de rol familiar, rol de los padres y modelos de rol social en general.
  • El acceso a la actividad objeto de la adicción y la frecuencia con la que se realiza.

El propio potencial adictivo del objeto de la adicción.

6. Etapas en el proceso adictivo
Hábito abuso adicción
La línea divisoria entre el abuso, donde aún existe control de la actividad, y la adicción, pasa inadvertida. La socioadicción es un proceso que se instaura a medio y largo plazo.
  • Estadio precoz. Episodios de uso descontrolado, pensamiento adictivo, preocupación por el uso, cambios en el estilo de vida, inhibición y desvinculación progresiva de las actividades habituales, consecuencias menores de tipo físico y psíquico (nerviosismo, irritabilidad, cambios de humor).
  • Estadio medio. Pérdida de control, negación, aislamiento, crecientes consecuencias físicas y psicológicas, deterioro de las relaciones familiares y sociales, problemas de adaptación al trabajo o a la escuela, incapacidad para parar la actividad a pesar de las consecuencias negativas.
  • Estadio avanzado. Dedicación intensiva y excluyente a la actividad adictiva, incapacidad de razonar o cuestionar el objeto de la dependencia. Fracaso en los intentos de frenar la actividad, problemas económicos y de relación graves, descenso intenso de la autoestima.

7. Efectos frecuentes en la salud del adicto
  • Fisiológicos:
  • Alteración del descanso, insomnio.
  • Deterioro del estado general y/o evolutivo.
  • Alteraciones en la alimentación.
  • Alteraciones inmunitarias.
  • Psíquicos :
  • Inestabilidad emocional. Empobrecimiento afectivo.
  • Pérdida del libre albedrío.
  • Disminución de la capacidad intelectual, reducción del vocabulario y pérdida del sentido del humor.
  • Razonamiento restringido, pobre o nulo.
  • Descompensaciones neuróticas, paranoides, psicóticas o suicidas.
  • Estados de pánico, confusión mental, estados disociados, culpabilidad, pérdida de la identidad, alteraciones en la percepción de la realidad.
Estados de infantilización.

8. Tratamiento
A partir de una interrupción, disminución o control de la actividad objeto de la adicción, sus síntomas pueden regularse y la vulnerabilidad de la persona puede disminuir mediante cambios permanentes en la conducta.

Las socioadicciones son trastornos tratables

La experiencia demuestra que la mayoría de los casos tratados tienen una evolución favorable. Se trata de procesos habitualmente largos, en los cuales, a menudo, el compromiso familiar constituye una herramienta esencial en el éxito del tratamiento.

Salvo algunas socioadicciones, actualmente, el tratamiento de la mayoría de estos trastornos no implica el uso de fármacos. En algunas socioadicciones el componente pedagógico del tratamiento es un elemento esencial del proceso.

9. Consecuencias sociales y legales
  • Sociales:
  • Reducción o anulación de la capacidad o el interés en comunicarse con quien no comparte la adicción.
  • Deterioro de las relaciones familiares y las amistades.
  • Afectación negativa del puesto de trabajo o de los estudios.
  • Aislamiento de todo aquello que no gira en torno a la dependencia.
  • Jurídico-legales:
  • Rupturas de parejas, separaciones, divorcios.
  • Pérdidas patrimoniales (herencias, donaciones, deudas, pagos abusivos, etc.).
  • Actuaciones delictivas (lesiones físicas o psicológicas,
  • falsificaciones, vulneración de los derechos de los
  • trabajadores, estafas, robos, engaños, intrusismo, etc.)

FUENTE: Centro Sanitario de Salud Mental/Socioadicciones
http://www.ais-sectas.org/socioadicciones